De política y comidas sociales

No sé muy bien como irán las cosas en otras tierras, pero la política uruguaya descubrió que hay redes sociales a las cuales puede contaminar y se está relamiendo, lamentablemente sin riesgo a empalagarse.

Lo hago bien simple: antes un candidato invitaba un chorizo al pan al momento de congregar simpatizantes en algún acto.
La receta era: un discurso avivado con pasión y entrega en cada palabra, tres cómplices que arrancaran con los aplausos metódicamente enalteciendo la figura del orador, el medio tanque hasta la boca de chorizos y el éxito estaría asegurado.

Hoy tienen blogs, facebook, canales en youtube y hacen microdeclaraciones al estilo twitter en las que solo buscan decir algo que a la gente no le queda más remedio que escuchar y en la mayoría de los tristes casos hasta se enorgullece tomando partido.
Es decir: «bla bla bla fulanito se la come» en un status de facebook y bum!… bomba a la cancha. El «discurso» (lejos de ser avivado y comprometido y lejos de ser un discurso) es del estilo estocada o garrotazo… dependiendo de la cintura del orador.. Dependiendo del tema aplauden (apretando en «Me gusta») o abuchean más o menos la misma cantidad de compinches.

Y seré honesto: ninguno de los actores políticos de peso queda ajeno a este circo.

Hechos:

  • Un país con dos millones y medio de personas que podrían ejercer el derecho a voto más de la mitad eligimos no hacerlo (y mi gripe no fue mi excusa).
    Ellos sabían que así iba a ser, nosotros sabiéndolo y sin reparar en ello.
  • En en el pasillo de entrada a casa durante la ultima semana debo de haber visto desparramados en el piso unos 200 o 300 pesos uruguayos en papeletas partidarias de los que se llenan la boca de que no contaminan con carteles y pasacalles.
    Ellos no lo bancaron, nosotros tampoco fuimos pero sospechamos quien pudo haber sido
    .
  • Sumémosle las que se reparten en la calle, sin importar que no las tomemos (papeleta rechazada, no quiere decir futuro papel a reciclar) evitando sentir esa falso solidarismo del tipo «Ah, pobre… el/la pibe/a está trabajando».
    Ellos cuentan con eso, nosotros comemos de la mano.
  • Una veda previa de cuarenta y ocho horas en radio, televisión y prensa cuestiona la falta de control que se producen en los medios electrónicos, haciendo caso omiso que no se puede caminar por nuestra ciudad y que nuestras calles, paredes y espacios en general son agentes proselitistas sin pedirlo.
    Ellos se regordean hablando de la veda, nosotros no podemos comprar alcohol.

Ya estoy pensando en que le voy a poner al chorizo, si completo o lo dejo sin nada y cobro los gustos aparte.

Preguntas:

  • ¿Que es lo que se le pasa a la cabeza del pueblo para no ser real y honestamente crítico con su propio gobierno?
  • ¿No nos damos cuenta que la campaña política no apuesta a promover una idea, si no a pulir y lustrar la imagen del candidato para que hubiésemos deseado en nuestro foro más intimo haber nacido sobrino o hijo de tan noble ciudadano?
  • ¿Será todo tan complejo de explicar, hacer o al menos comprometerse que lo que está explicado, hecho o asumido como compromiso al cabo es sólo morfina para la población?
  • ¿Alguien se la juega y en vez de moderar un debate (que me relamo de verlo) arrincona y pregunta inteligentemente y, con buena memoria?
  • ¿Tan jodidamente mal se está, que una clase política que comulga y se escupe públicamente con los medios, siga haciéndolo, muy a nuestra medida, muy a escala uruguaya, pero sigan a pesar de todo? … tipo na’ con esto no?

Entonces… promesa:
Pepe querido: si ya estamos en el horno y con el asado pudiste, ahora prometeme que los Extra Cativelli los vas a tarifar y te sigo a donde vayas.
Tu futuro fan en facebook.

1 comentario en “De política y comidas sociales

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